Otro año más, las protectoras nos encontramos desbordadas ante la llegada de avisos de forma masiva a la que nos enfrentamos sin poder atender todos los casos de galgos necesitados. Acabamos descartando muchos de ellos sin saber cual será su destino, sintiéndonos impotentes ante estas circunstancias. El 1 de febrero fue seleccionado por ser el fin de la temporada de caza, que define el trágico final de muchos galgos. Aunque para la gran mayoría su día a día es un infierno, este día nos hace preguntarnos si los galgos viven antes de morir o ser abandonados.
En septiembre de 2023 entró en vigor la nueva ley de protección animal pero, una vez más, los perros de caza han quedado excluidos y desprotegidos. Estábamos satisfechos porque tras muchos años de lucha parecía que por fin la situación iba a cambiar, pero nos hemos encontrado, de nuevo, arrollados por la movilización y presión de la cinegética. ¿Como se explica que un galgo, por ser galgo, no tenga cabida en esta ley? Ponte frente a él, observa su mirada desolada, vacía y dile que por su condición física sigue estando condenado a correr hasta morir. No solo es la caza lo que les mata, la indiferencia también acaba con ellos, tenemos que seguir siendo su voz. La crueldad y la violencia son actos que deberían ser castigados y consentirlos abre el camino a otras injusticias. Somos lo que damos.